lunes, 5 de septiembre de 2022

INTELECTUALES EN TIEMPOS DE CRISIS: RESUMEN

El predominio intelectual del marxismo era tal que no había necesidad de leer a sus profetas para simpatizar con la causa revolucionaria. Eduardo Posada Carbó 

El autor comienza mostrando su participación en los clubes de lectura de la javeriana, dónde leían a autores y textos cuasi que de la revolución. El clima intelectual en las universidades era de lectura. Era un ambiente del florecimiento del pensamiento del marxista-Lenista con desprecio de la democracia liberal. Perdían su fervor la tradición liberal democrática.

Algunos de estos intelectuales son académicos, otros escritores, periodistas, … Entre los grandes intelectuales, el autor nos propone a: Eduardo Caballero Calderón (cartas colombianas e historias íntima de los colombianos) Luis López de Mesa (el escrutinio sociológico de la historia colombiana); estos dos autores muestran peyorativamente al país en su dimensión política, racial, y nacional. Por tanta degradación y desordenes, piensan pues que no hay una nación política desde la independencia quizá por sus fijaciones étnicas. Hay una condenación de los autores a la política, a la organización de la nación y a la manera de gobernar; en algunos casos estos autores no hacen referencia a la vida política. El pensamiento de estos se ven reflejados en otros intelectuales que vienen después de ellos y que pudieron ser influenciados por esos primeros a saber William  Ospina (dónde está la franja amarilla?); y Gabriel García Márquez (por un país al alcance de los niños);  estos dos últimos a diferencia de los primeros no tienen prejuicios raciales pero buscando definir la nación bajo criterios étnicos y culturales ambos siguen menospreciando a la tradición política tradicional que era la democrática-liberal. Se puede ver con esos intelectuales que hay un clima en dónde se está degradando la política, las instituciones y la nacionalidad, ese clima emerge cuasi que sin gran oposición de los intelectuales del lado de la democracia-liberal, estos parecen estar ausentes en el ámbito intelectual.

Aunque hasta este punto no podemos afirmar que los autores proponían un pensamiento revolucionario sí se puede afirmar que sus pensamientos fueron el caldo de cultivo dentro del cual nacerán las revoluciones, pues, se puede ver entre estos escritores un discurso que durante la crisis del país despreció las instituciones democrático-liberales considerando a estas como fracasos.

Dentro de ese ambiente es que llegan las ideas del Marixismo-Lenismo para minar la democracia liberal en Colombia, llevando a esa nueva revolución hacia las armas y con la justificación de estas. Este pensamiento revolucionario penetró en las universidades y encontró apoyo. Y de esos pensamientos nacieron los grupos guerrilleros que eran en su mayoría intelectuales, estudiantes, excepción hecha de las FARC que sí nace en un entorno campesino. Aquí algunas obras significativas fueron las del Che Guevara (la guerra de las guerrillas) de Regis Debray (el castrismo: la larga marcha de América Latina) y el cura Camilo Torres fue una figura emblemática de esas revoluciones armadas. El hecho de que este fuera cura muestra al menos cómo de una u otra manera las ideas intelectuales del momento estuvieron a favor de esas revoluciones con violencias a veces. Podemos afirmar entonces que el ambiente intelectual iba de la mano con los pensamientos guerrilleros hasta que en medio de una carta muchos intelectuales en noviembre de 1992 se distancian de las guerrillas.

De esa carta de separación se pasa a una época de debate intelectual entre las dos visiones: la democrática liberal y la Marxista-Lenista, que se puede plasmar en la discusión entre el curo Camilo Torres y los intelectuales Mario Latorre y Fernando Cepeda Ulloa en la asociación de ex alumnos de la universidad de los Andes.

Pero toda esa historia no se queda en la separación ni antagonismo entre los dos partidos y mejor dicho entre los dos movimientos porque el autor piensa que con el tiempo hubo algunos indicios de reconciliación como lo fue el prologo de García Márquez a las Memorias de Alberto Lleras de 1997.

La vida intelectual es pues la guía practica de las naciones. Se puede ver cómo una manera de pensar la vida publica se ha encarnado en una nación haciendo surgir en estas vías de solución a la crisis de la democracia liberal como lo pudo ser las guerrillas armadas, aunque también es de reconocer que estas últimas no pudieron acabar totalmente ni con el pensamiento o la política democrático-liberal. 



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